martes, diciembre 16, 2008

Colores Santos (Azote con música simultánea)

Colores Santos

Te extraño en las tardes
quizás no es amor lo que me hace buscarte
Las decisiones
siempre llegan tarde
Las piezas que quedan jamás encajan

Creo que sé a cuáles son esas decisiones a las que se refiere Cerati: aquéllas que se intentan tomar con el cerebro pero están animadas por la pasión, por las hormonas, por el calor de la tarde, y que por lo tanto sabes que nunca se realizan: por eso no encajan las piezas que quedan después de la pasión. La razón es simple, es porque ni siquiera provenían de un mismo rompecabezas.

Viajando en la luz
te quiero abrazar
un beso perfecto
Envuelto en los sueños
de inútiles noches
confusos recuerdos, Colores Santos

Noches inútiles, gastadas intentando el beso y el abrazo perfecto, con recuerdos que nunca son exactos ni aunque los escribas inmediatamente después, igual que en un sueño. Son inútiles para efectos prácticos, pero nutren, llenan, dan combustible para seguir cuando la vida no es precisamente colores santos.

Quizás no es amor
Quizás no es amor
Quizás no es amor

Yo sé muy bien
jamás me entendiste
y no lo pretendo
Dulce es este viento sopla en mi corazón
arrastra olvidos y no regresa

El sentido de todo se desvirtúa, metamorfosea, se desdibuja. El viento del dulce descubrimiento ayuda a olvidar incluso lo que se ha descubierto: todo podría haber sido falso, pero ya no importa.

Cambiar las palabras
mejor no jurar
promesas erradas
cambiar las palabras

Mejor no jurar, mejor nada más dejar que las palabras se diluyan, se evaporen lentamente, se separen de sus conclusiones posibles, y sólo fluir, fluir, fluir...

Quizás no es amor Quizás no es amor

Instrucciones: este es un intento de "lectura multimedia" en la que el tiempo para leer el texto debería ser el mismo que dura la canción. ¿Funciona? ¿Agrega algo? En cualquier caso, la canción es fantástica y se puede escuchar en loop...
Nota: la imagen que aparece debajo es en realidad el video de la canción, para que le hagas click al triangulito de "play" y la escuches mientras lees el post.

lunes, diciembre 08, 2008

Yo tenía un chorro de voz...

Yo tenía un chorro de voz,
yo era el amo del falsete...
por el canto me di al "cuete"
y por fumar me dio la tos,
y de aquel chorro de voz
sólo me quedó un chisguete

A estas alturas, más de 5,000 días después de cumplir la mayoría de edad, a más de 150 meses de haber salido de la universidad, vuelvo al estado de ánimo del "ahora sí, ya entendí por qué ocurren las cosas, ¡qué poco sabía yo cuando hice X!", pero me suele ocurrir que X lo hice hace dos meses...

No es nueva esta sensación, pero es un hecho que nunca más que antes en la vida me ha reverberado en la mente la frase "si yo hubiera sabido a los 17 (ó 25 ó 30) años lo que sé ahora,.." Y no sólo se trata de conocimientos. En realidad no tiene nada qué ver con eso. Es, creo, un poco la sensación de buscar el tiempo perdido, o más exactamente, evaluar si fue perdido ese tiempo. La memoria nos traiciona, y puede que incluso esto mismo que estoy hoy escribiendo ya lo haya pensado hace años, pero a menos que hayamos escrito un diario durante los últimos 20 años de la vida, sólo podemos "calificar" a nuestro pasado con los pocos recuerdos notables que tenemos.
Cantaba un titipuchal,
las chamacas me admiraban,
por mis cantos suspiraban
y yo me daba a desear,
pero hoy que quise cantar
los gallos se alborotaban.
 
Y entre lo que hoy recuerdo hay muchas anécdotas con amigos, varios desaguisados románticos, unas cuantas conquistas espectaculares, pero más que nunca la sensación de que, de haber actuado de modo diferente, mi vida se habría ido por un camino totalmente distinto. 
Por ejemplo: cuando estaba iniciando la universidad tuve un aparatoso choque de autos, lo cual provocó una serie de eventos en dominó: reprobé todas las materias que estaba cursando, luego al siguiente semestre intenté compensar el terreno perdido pero sólo logré vaciarme, y en suma tardé por lo menos dos años en recuperarme. Me deprimí por no tener carro, decidí que no podía tener novia si no podía llevarla en transporte propio, y me deprimí al cuadrado por esa misma razón. Pero paradójicamente fue esa época en la que dejé de sentirme como un perdedor, y aunque olvidé un poco los estudios y las cosas "serias", entré a un grupo de rock, descubrí una vena artística en mí, y la pasé genial. Quién sabe cómo habrían sido las cosas de no haber chocado. Lo que me queda claro es que durante los tres segundos que transcurrieron mientras veía a un camión atravesar lenta e inevitablemente frente a mí, la vida pulsó la perilla de la máquina tragaperras y puso ante mí un racimo de destinos posibles. ¿Gané el jackpot? No lo sé, no lo puedo saber, pero definitivamente pudo haber sido peor.

Yo tenía un chorro de voz
y me daba mi paquete...
me admiró Jorge Negrete,
Pedro Vargas y otros dos,
pero del chorro de voz
sólo me quedó el chisguete. 
Y sí, al final te queda la idea de que aquel chorro de voz que tenías lo malgastaste en cosas que no duraron. También te divertiste, por supuesto. Quizás tienes un mejor recuerdo de esas épocas porque te hiciste de fotos u objetos que te ayudan a armar esa visión optimista. O puede ser el caso inverso, en que sientes que todo ese tiempo se esfumó y no te dejó nada bueno. Lo que sé de cierto es que esos recuerdos son parciales, que te estás engañando si tus remembranzas son puramente buenas o malas, que ese tiempo que viviste está lleno de todo lo mismo que está llena tu vida hoy día: rutinas, pláticas que no van a ningún lado, personas que conoces y que no te provocan nada bueno ni malo, deseos de hacer cosas que aún hoy no has hecho, pero también momentos divertidos que horas después ya olvidaste, micro-aprendizajes que te hicieron sentir micro-mejor, canciones que inadvertidamente bailaste, contactos visuales con extraños agradables. 
De eso está hecha la vida, y a mi juicio es eso, y no los "grandes éxitos" que quedan registrados en fotos y diplomas enmarcados, lo que vale la pena de vivir. 

¡Qué poco sabía yo hace dos semanas, que no sabía esto!

Anteanoche fui a cantar,
festejaba Casimira,
al primer compás de lira
comenzaron a gritar:
--El sombrero y la chamarra
del señor que se retira.

Al que toma y al que canta
se le pudre la garganta
como a mí me dió la tos,
cuando quiero echar falsete
sólo sale un vil chisguete
de aquel gran chorro de voz.

viernes, diciembre 05, 2008

...¿y en qué debería creer esta vez?

Cuando lo único constante es el cambio, cuando te has llevado chascos demasiadas veces,aunque estés dispuesto a creer, a simplemente soltar las riendas y dejar que tu paracaídas sea arrastrado por el viento, no puedes evitar preguntarte:

¿Por qué debería creer esta vez que las cosas serán distintas?
¿Cómo es que vuelvo a esta situación aunque sé qué va a pasar primero, qué va a pasar después y en qué va a terminar?
¿Qué razones me doy? ¿Qué razones me das? ¿Qué ha cambiado, qué sí puede cambiar y qué no?

La gente no cambia, ya me ha tocado constatarlo incluso con gente que pasó por una experiencia cercana a la muerte: unas cuantas semanas, un par de meses después, volvieron a ser los mismos, aunque al principio yo me decía "pues sí, parece que este si cambió en definitiva". Y como todo padre sabe, la amenaza no cumplida crea un niño malcriado. De modo que un poco por displicencia, un poco por costumbre, estas personas que vieron a los ojos a la muerte eran los mismos pero ahora cómplices de su mala actitud, de su vulnerabilidad no vulnerada.

Entonces, si me aceptas que la gente no cambia, lo que hay que preguntarse es: ¿qué puedo cambiar de la situación? ¿qué pequeños o grandes detalles que sí se pudieran cambiar harían una diferencia? Si no tienes de otra, más vale que encuentres estas razones. Pero si es tu elección, si todavía queda alguna alternativa en tu poder, ¿qué es lo que quieres hacer? ¿quieres pensar "la vida es muy corta para vivir preocupado" o "prefiero pájaro en mano que ciento volando"?

O quizás la pregunta que tú y todos debemos hacernos es, ¿de verdad crees que entiendes lo que hace falta cambiar?

jueves, diciembre 04, 2008

Ya para darle carpetazo a este asunto del amor, aquí va un poema -de hecho, un soneto- que trata del final del mismo. Puntos Suspensivos, de Joaquín Sabina; casi siempre lo usa como introducción de su canción 19 días y 500 noches. Leído por él, con su voz de aguardiente, es aún mejor:
 
Lo peor del amor, cuando termina,
son las habitaciones ventiladas,
el solo de pijamas con sordina,
la adrenalina en camas separadas.
 
Lo malo del después son los despojos
que embalsaman los pájaros del sueño,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole ni dueño.
 
Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a galeras los archivos.
 
Lo atroz de la pasión es cuando pasa;
cuando, al punto final de los finales,
no le siguen dos puntos suspensivos.

"Cuando al punto final de los finales no le siguen dos puntos suspensivos". Yo creo que siempre quedan esos puntos suspensivos: la proximidad creada entre dos cuerpos, la costumbre de la cercanía, la familiaridad de los ojos, las barreras físicas que traspasaste... sí, creo que aún después del punto final-final quedan los suspensivos, escondidos, implícitos...

Más sobre el amor y el romanticismo

Clavándome con el tema de un post anterior, encontré una charla en video de la misma Helen Fisher (por cierto, estas charlas en TED son, ¿cómo describirlo? excelentes, asombrosas, divertidas,.. Son charlas sobre temas científicos dadas en directo por quien, literalmente, escribió el libro del tema). Decía de la charla de Helen Fisher. El tema principal es otra vez el amor romántico y temas derivados de ello: las consecuencias de que la población cada vez viva más años, la vuelta de la mujer al trabajo, y sorprendentemente, algunas implicaciones del uso a largo plazo de antidepresivos. Es una plática que toca temas muy mundanos pero con la fría óptica de laboratorio químico o biológico.

Pongo aquí algunas notas que tomé de la plática, junto con mis comentarios, pero de verdad te recomiendo que visites el sitio de TED y veas el video. "No tiene desperdicio", como dicen en la madre patria.

Sobre el amor romántico
  • El enamoramiento inicia localizando toda nuestra atención en una determinada persona, una que de pronto cobró un "significado especial".

  • Analizaron las imágenes producidas por cerebros de gente que declaró estar enamorada. Diecisiete eran correspondidos, quince habían sido recién desechados.  Al mirar la foto del ser amado, uno de los centros cerebrales que más se excitaba es el mismo que lo hace con el "rush" de cocaína.

  • La Dra Fisher llegó a la conclusión de que el amor romántico no es un sentimiento, sino un impulso, similar al que ocurre cuando alargamos la mano para tomar un chocolate, o al que experimentamos cuando queremos conseguir algo en particular.

  • La evolución creó tres sistemas cerebrales en el ser humano, a partir de la reproducción:
    1. Amor sexual, una "comezón neuronal" parecida al hambre.
    2. Amor romántico, el de la obsesión, de la focalización
    3. Amor de nexo, el que se siente cuando se han creado lazos. Según Fisher, creado para lograr tolerar a una persona durante al menos el tiempo necesario para criar a los hijos.

  • Estos tres sistemas no siempre van juntos, al contrario, no pueden estar juntos.

  • Por lo mismo, puede ocurrir que sientas un gran nexo con tu pareja y al mismo tiempo estés profundamente enamorado de alguien más, y en paralelo sentir una gran atracción sexual por personas que no son ni la una ni la otra.

  • En corto: podemos amar a más de una persona al mismo tiempo, inclusive es común que en la noche se junten todas, símbolo de nuestra lucha interna por tomar una decisión.
Sobre el papel de la mujer en el trabajo
  • En todos los países del mundo la mujer está aumentando su participación como fuerza de trabajo. En algunos países es un avance lento, en otros rápido, pero en todos es avance (excepto en uno, que no mencionó).

  • Este fenómeno es de hecho un regreso a la situación que existía hace miles de años: la mujer era la responsable de traer entre el 60% y el 80% de la comida a la casa.

  • Las mujeres se enfocan más en algunas profesiones, tales como el periodismo y la escritura: 54% de los autores en USA son mujeres.

  • Los hombres suelen enfocarse más, y de hecho hay más genios hombres que mujeres (pero, dice Helen Fisher con una risita, también hay muchos más idiotas hombres).

  • Quien diga que hombres y mujeres son iguales, nunca tuvo un bebé niño y una bebé niña. Las diferencias son enormes a pesar de lo parecidos que somos.

  • La gente desea casarse con alguien a quien ame: 91% de las mujeres y 86% de los hombres dijo que NO se casarían con alguien que tuviera todas las características que deseaban en alguien del otro sexo pero a quien no amaran.

  • Nunca en la historia de la humanidad las mujeres fueron más interesantes: más capaces, mejor educadas. Si ha habido en el mundo una época buena para casarse, es ésta. (Nota mía: sí, pero... también hay más factores que nunca que fomentan la separación dentro y fuera del matrimonio)
Sobre los antidepresivos
  • Fueron diseñados para usar durante un corto plazo, pero cada vez más gente los usa permanentemente.

  • Aumentan los niveles de serotonina y disminuyen los de dopamina, que está asociada al amor romántico. Matan el impulso sexual, por consiguiente eliminan los orgasmos, con lo que no se produce oxitocina, que está asociada con el amor de nexo a largo plazo.

  • Esto produciría un mundo sin amor, y dice ella, "un mundo sin amor es un mundo mortal".
Conclusiones
  • Cuando abordas temas nuevos con una persona, o compartes experiencias emocionantes, se elevan los niveles de dopamina y se puede disparar, algo artificialmente, el mecanismo del amor romántico.

  • El ser humano no fue creado para ser feliz, sino para reproducirse.

  • George Bernard Shaw dijo que el enamoramiento se da cuando sobreestimamos las diferencias de una mujer sobre las demás.

  • Cada sistema de los tres mencionados produce químicos para apoyar a los otros dos, sin embargo no suelen coexistir.  Por eso no es tan casual que exista el sexo casual (risas)
En suma, una gran charla que te deja pensando y entendiendo. Y muy útil para dar explicaciones, en casos de emergencia...

Aguas con mails de Hi5 y "actualizaciones" de Java

Contando con que todo mundo tiene hoy día Facebook, Hi5, MySpace, etc, quiero advertir: hoy me llegó un mail que decía venir de Hi5, y que se parecía mucho a los que llegan de Hi5:

Aunque no conozco a la güerita de la foto, claro que estaba dispuesto a aceptarla como amiga, y haciendo click sobre el link me apareció esta nueva página:

...que se parece mucho a la de Hi5, pero con algunos componentes extraños: la barra amarilla de arriba que me pedía instalar un ActiveX (¡pero yo estoy usando Firefox, y en una Mac!), la forma de login (normalmente no me aparece, porque mi Hi5 siempre entra automáticamente) y lo que me acabó de convencer fue que a la barra de menú de Hi5 no se le podía hacer click.

Y claro, al seleccionar la liga para descargar la supuesta actualización de Java, me intentó bajar un archivo "java_update.exe". Cosa absurda, dado que estoy en una Mac. Esta es una técnica que se conoce como "phishing", en la que un sitio intenta hacerse pasar por otro, con el objetivo de conseguir tu usuario y password para entrar a ese otro sitio.
Entonces, ¡aguas! Si te llega un correo similar, no importa qué tan guapa esté la niña que quiere ser tu amiga, ten cuidado y revisa que la liga apunte hacia el sitio de hi5, y no otro (aquí se ve en la barra gris inferior cómo el mail apunta hacia un sitio 1eyedworld.com).


Ni hablar: será otro día cuando una extranjera joven y sexy se interese por añadirte a su red social.


¡Ah! Un último consejo. Deja de usar el Internet Explorer. Por favor. Usa Firefox; es doscientas veces más seguro que ese que estás usando ahora, y a prueba de virus / troyanos / gusanos y demás amenazas de hoy día.

miércoles, diciembre 03, 2008

Amor, enamoramiento, indiferencia

Helen Fisher, famosa antropóloga, dice:
...los hombres son tan apasionados como lo puedan ser las mujeres, y se enamoran más deprisa (por alguna razón evolutiva, al parecer)
...en los hombres descubrimos más actividad en una región cerebral asociada con los estímulos visuales...
...en las mujeres, en tres áreas asociadas con la memoria y la rememoración.
Yo tengo que decirles que sí, que todo es química...
Cuando estamos locamente enamorados, queremos irnos a la cama con nuestra pareja, pero lo que realmente queremos es que nos llame por teléfono, que nos invite a cenar, y se crea una unión emocional.
El amor y el odio son muy parecidos... y aquello por lo que suspiramos es la indiferencia. Cuando odiamos, concentramos nuestra atención tanto como cuando amamos. Cuando amamos o cuando odiamos, nos obsesiona pensar en ello.
¿Por lo que suspiramos es la indiferencia? Mmhhh... deja pienso qué pienso. Nooo... ¿o sí? ¿O estoy entendiendo mal la frase? Puede ser. O quizás sí: lo que más nos hace suspirar es la indiferencia, no sentirnos amados u odiar a otra persona. Quizás yo lo pondría así: lo que más nos inquieta es la incertidumbre. No saber de cierto es peor que sabernos despreciados o ignorados.

No me queda claro cuál es la razón evolutiva de la que habla; puede que sea una explicación tipo Desmond Morris - El mono desnudo: la naciente sociedad humana requería que la familia se consolidara para que los niños primates-bebés pudieran tener una infancia más larga y por lo tanto más inteligencia; si iba a haber familia, se necesitaba que el macho fuera monógamo, y uno de los ardides de la madre naturaleza para conseguirlo fue crear hombres enamoradizos. Puede sonar a charlatanería, pero tiene su lógica.

Es bonito el amor, cuando no estás intranquilo, cuando no te ocasiona zozobra. Es más: el amor que te produce estas emociones no es amor.

En cambio, es hermoso estar enamorado: piensas en ello, escribes, reflexionas, se te ocurren frases inflamadas, idealizas, sueñas. Te da razones para vivir como ninguna otra cosa en la vida, ni siquiera tener un hijo o ganar la lotería, porque promete felicidad a corto, mediano y largo plazo. Claro que cuando la química empieza a dejar de hacer efecto, la energía inicial se apaga y lo que queda es producto de lo real entre ambos, o la necedad de continuar el sueño.

Dice también Helen Fisher sobre el impulso sexual: "...evolucionó para que saliéramos a buscar a nuestras parejas." ¿Y cuando ya la encontraste, disminuye? Arghhhh... Y no se detiene ahí: "una de las características principales del amor romántico es el deseo de contacto sexual". Ah, eso lo explica todo. La odio por tener razón.

lunes, noviembre 17, 2008

Lo más divertido de correr


Hoy corrí los 7k de TV Azteca. Fue un recorrido por C.U. que empieza y termina en el Estadio Olímpico, y está lleno de subidas y bajadas. Nunca había hecho este recorrido ni ninguno similar, y el resultado final fue que hice el tiempo miserable de 47 minutos para sólo 7 km. Corrí con una amiga que me afirmó varias veces que si ella empezaba a retrasarse, no la esperara e hiciera mi carrera como siempre, pero para mi gran humillación fue ella la que se despegó a partir del kilómetro 3 y ya nunca la volví a encontrar sino hasta la meta; ella hizo 40 minutos, un muchísimo mejor tiempo que el mío.
En gran parte hoy corrí tan mal porque ayer se me ocurrió inscribirme a una clase especial de yoga titulada "108 saludos al sol" (aquí hay una animación linda de este ejercicio). Yo creí que se trataba de poco más que una sesión larga de yoga, pero resultó ser un ejercicio ininterrumpido de más de una hora, y para colmo de males, intenso y aeróbico. De modo que hoy, en la carrera, el cuerpo simplemente me dijo que no. Y terminé haciendo unos cuantos trechos caminando.

Terminando la carrera, me reuní con mi amiga y su esposo, y nos dirigimos hacia los coches. Siempre que participo en carreras me quedo al final con una sensación de estar yéndome temprano de la fiesta, y sin embargo nunca hay nada que hacer ahí, entre puestos y gente a la que, lo juro, le veo en la mirada la misma expresión de "¿y luego de aquí qué?". Probablemente la satifacción de terminar una carrera larga necesita más premio, más chiqueo, que te vea toda tu familia, que se arme una parrilada ahí mismo, no lo sé.

Y he aquí que al ir por mi coche me encontré con que estaba encerrado detrás de otros cuarenta autos, todos metidos en un terreno baldío que unos vivillos habilitaron como estacionamiento para la carrera, y que dichos personajes habían desaparecido. El área del estacionamiento estaba ocupada en un 95% por autos, y el mío estaba justo hasta el fondo; era como uno de esos acertijos imposibles. Para colmo, resultó que varias personas le habían dejado las llaves a los ahora esfumados encargados. Empecé a hacer cuentas mentales y me preparé para irme caminando hasta Coyoacán para desayunarme unas quecas y luego regresar a ver qué había pasado con los coches.

Me pareció increíble que aquéllos que dejaron sus autos estorbando la justa entrada al terreno no fueran raudos y veloces a recogerlos, a sabiendas de que sin que ellos se movieran nadie podría hacerlo. También era inverosímil que hubiéramos dejado el auto ahí, es de todos conocido que los "cuidadores" de autos se desaparecen antes de terminar el evento. Y adicionalmente, tratándose de un terreno con una sola entrada y de varios autos con llaves encargadas a ellos, se me hizo asombroso que ni siquiera dejaran una notita diciendo "hey, ingenuos, nos robamos los coches de todos, a ver si aprenden la lección". Así que no se robaron nada, no abrieron ningún coche, pero eso sí, desaparecieron con las llaves de muchos. Probablemente eran traficantes de llaveros.

Así que, víctima de un episodio más de Sólo en México Sucede, me puse a esperar y a hacer amigos. Porque, enmedio de la crisis, casi todos tomaron las cosas con calma y solitos empezamos a hacer relaciones con los que nos parecieron agradables y/o accesibles. Alguien sugirió que quizás las llaves estaban en las llantas de los coches, pero no. Otro más nos sugería que fuéramos a buscar un carrito de tamales. Yo mientras tanto encontré una puerta sin candado que hacía que los del fondo tuviéramos esperanzas de salir más pronto: sólo hacía falta que se moviera un auto que estaba, precisamente, estacionado detrás de esa puerta. Pero frente a mi coche estaba otro que, según me informaron, "es de una chava, pobre, le dejó las llaves al chavo".

Y resultó que dicha "chava" era una muy agradable y ojiverde jovencita con la que rápidamente conecté. Estuvimos platicando de sus desventuras (ella iba a correr los 13k y no vió la desviación, de modo que terminó corriendo sólo 7 km, dejó el celular en el auto de modo que no podía comunicarse con los amigos con los que iba a encontrarse, etc), y junto a una pareja de unos 45 años, hicimos una amistad de esas que sientes que podrían durar años. Nos reímos de la tragedia, la molesté por creer que vivimos en Holanda y se le pueden dejar las llaves a cualquiera que te diga "viene, viene, quebrando, quebrando" y por acabarse el crédito de mi celular, que le presté para que pudiera llamar a que le trajeran el duplicado. Dijimos, por supuesto, Por Eso México Está Como Está y varios lugares comunes más, estuvimos de acuerdo en que somos esclavos del celular, etc, etc.

Así fue pasando el tiempo hasta que llegó el dueño del auto que estorbaba y todos, menos mi nueva amiga, empezaron a sacar los suyos. Yo todavía pude platicar un poco con ella mientras otros hacían malabares para esquivar su coche, pero pronto el mío también empezó a ser un estorbo y, casi en contra de mi voluntad, tuve que moverlo. Antes de ello, me despedí de la pareja con la que habíamos estado platicando, y luego de ella, con un pequeño abrazo, como si fuéramos amigos desde la primaria. Le deseé suerte con las llaves y me quedé con ganas de preguntarle nombre y teléfono, pero es vox populi que uno no debe ligar enfrente de otras treinta personas. Me quedé con la impresión de que habría sido divertido conocerla mejor y que la empatía cruzó en ambos sentidos.

Y este fue el rato más divertido de toda la carrera. Es lo que le hacía falta a un evento que de otro modo se habría tratado simplemente de ejercicio y tipos con altavoces. Fue el final perfecto, de aquí en adelante voy a buscar replicarlo en conciertos, parques de diversiones, antros y básicamente cualquier lugar donde haya gente abusiva que cobre porque estaciones tu auto en la calle.

Pasé dos horas después por el mismo lugar para ver si mi amiga sin nombre seguía ahí, pero ya casi todos se habían ido. Supongo que así debía ser.

jueves, octubre 23, 2008

American Psycho


American Psycho es una terrorífica novela de Bret Easton Ellis sobre la vida de un joven millonario a finales de los 80s en Nueva York. Este joven, cuyo nombre es Patrick Bateman, tiene una vida normal para alguien de su nivel: tiene acceso a comprar y poseer cualquier cosa; vive en una eterna celebración de la superficialidad; ocupa todos sus días en comidas, fiestas y celebraciones; cuida obsesivamente de su cuerpo, de su cabello, de su piel; está enterado de todos los dictados de la moda y los cánones de elegancia.

La vida de este yuppie transcurre rodeada de seres iguales a él, tanto en gustos, costumbres, prioridades y temas de conversación. No sólo eso: también comparte con ellos el interés absoluto en sí mismos, el egoísmo, la búsqueda eterna de micro-triunfos por los objetos que compran, la calidad de sus tarjetas de presentación, la habilidad para hacer una reservación en algún restaurante exclusivo. Bateman es igual a ellos, con una pequeña diferencia: es un sociópata. Producto en parte de sus antecedentes personales y sus vivencias y en parte de su decisión propia, es incapaz de relacionarse con el mundo y de experimentar cualquier clase de sentimiento, de modo que la única forma que encuentra para liberar la presión es cometer asesinatos y escalar cada vez la crueldad, imaginar nuevos métodos de tortura, buscar víctimas que le produzcan el mayor efecto posible con su muerte. Asesina impunemente, en parte gracias a que los que le rodean están demasiado ocupados en sí mismos; al anonimato de una gran ciudad, y a lo inverosímil que resulta que este apuesto y rico ejecutivo tenga necesidad de cometer crímenes.

El libro está narrado en primera persona, y aproximadamente el primer tercio trata sobre la vida diaria de Bateman, poniendo atención a los detalles que para él son importantes: la marca del reloj que usa cada compañero, el nombre del diseñador de cada prenda, la comida que se sirve en cada restaurante, la música de moda. A lo largo del relato uno de los temas recurrentes es que todos son tomados por alguien más: "¿Es ese de allá Paul Allen?" "¿No es Ivana Trump la que está sentada en aquella mesa?" y el protagonista mismo es confundido continuamente por otras personas, a quienes él simplemente contesta de forma vaga para evitar explicaciones. Este primer tercio del libro es un recuento de las costumbres de este grupo social en los 80's, incluyendo por supuesto el consumo de drogas, el choque entre clases, la falta de interés en los demás y la banalidad de su vida diaria.

Es enmedio de todo este recuento que Bateman empieza a narrar, con excruciante detalle, algunos de los asesinatos que va cometiendo, utilizando un lenguaje extremadamente crudo y gráfico. Describe detenidamente las sensaciones, los pensamientos que cruzan su mente, los estertores de las víctimas, las caras de terror, la forma inhumana (cortando, incinerando, incluso engullendo) en la que dispone de los restos de los muertos. Él mismo es objeto de arranques incontenibles de rabia durante los cuales puede decapitar, acuchillar, cegar o invalidar a cualquier ser que tenga la mala suerte de cruzarse en su camino. Algunas otras veces procede según un plan que ha determinado, dejando algunos detalles para la improvisación, eligiendo el modo de matar a las víctimas dependiendo de sus personalidades.

No cualquier estómago es capaz de soportar esta narración tan detallada y llena de eventos increíblemente crueles, aumentada por la maestría con la que Bret Easton Ellis describe, con gran precisión, los estados de ánimo, los intercambios no verbales, y el lenguaje corporal entre el protagonista y el resto de su mundo, sean amigos, conocidos o inclusive víctimas. Incluso llega un momento en que es cansado leer sobre tantos asesinatos y torturas. Sin embargo, este quizás es uno de los valores más grandes del libro: primero te asombra la crueldad, luego comienza a nacer un sentimiento de aborrecimiento hacia Bateman, hacia su vida, sus actividades, sus juicios, y luego, ante el tedio provocado por la repetición, empiezas a intentar saltarte la narración, y no puedes evitar preguntarte qué es lo que te mueve, qué es lo que te hace seguir leyendo. Deseas que tanto crimen tenga un castigo ejemplar, comienzas a preguntarte qué clase de final tendrá la novela. Y de pronto, durante un más de sus ya usuales asesinatos sin sentido, el protagonista se descuida, es descubierto por unos patrulleros y se ve envuelto en una persecución que se convierte en balacera y donde termina matando varios policías, un taxista, un velador, etc. Aquí el autor te sorprende preocupándote por la suerte de Bateman, deseando que se salve, quizás guardando la emoción en espera de un desenlace más dramático, menos circunstancial, pero esta vuelta de tuerca te hace invariablemente pensar en que quizás estás más identificado con el protagonista de lo que creías. Aquí es donde la novela se vuelve algo mucho más profundo, más que una parodia de la vida en los 80s, de la superficialidad de los yuppies, de la pérdida de individualidad, del hedonismo. Es una evaluación de la condición humana, pero una evaluación que tienes que hacer en carne propia, no como el cómodo espectador de una comedia que ocurrió en otros tiempos y a otra gente. A mí me ha dejado con un saborcillo de duda, cuestionándome qué necesitaría ocurrirme para convertirme en un nuevo Patrick Bateman, o cuáles de mis acciones podrían pertenecer a un psicópata.

¡Cuidado! Spoilers. No continuar si piensas leer el libro o no has visto la película.

Justo cuando el tono del libro comienza a parecer monótono, y después de la persecución policial, Bateman confiesa todos sus crímenes por teléfono a su abogado: le deja un mensaje de más de 10 minutos en la contestadora, narrando el asesinato de un conocido común, la tortura posterior a dos prostitutas en el departamento de éste, etc. Tiempo después, encuentra a su abogado en un bar, y nerviosamente se acerca a él. El abogado lo confunde con otro cliente, llamándole "Davis", y recordando con humor el mensaje que dejó, agregando que lo único no creíble de su mensaje era que Bateman fuera capaz de hacer todas esas cosas, dado que se trataba de un pusilánime. Esto enardece a Patrick, quien asegura al abogado que él mató a Paul Allen, el conocido común que tienen, que además lo disfrutó, y que todo lo que le dijo en el mensaje era cierto. El abogado le dice con extrañeza que no puede ser, porque él mismo cenó con Paul Allen en Londres dos semanas antes. Bateman duda y calla ante esta afirmación.

De modo que el autor deja abierta la posibilidad de que todo lo narrado haya sido producto de la imaginación de Bateman. Esto explicaría muchos de los eventos y, sobre todo, la impunidad de la que éste ha gozado durante años. He encontrado en foros de internet decenas de conversaciones y explicaciones a favor de una u otra teoría: por un lado, están quienes dicen que todos los asesinatos fueron reales, y si nadie lo ha señalado como un asesino es simplemente por el arrobamiento en el que todos parecen vivir, ávidos de reafirmarse a sí mismos, cada quien explorando una dimensión distinta de la banalidad. En verdad, cada momento en el que Bateman confiesa ser un psicópata, o corre el riesgo de ser descubierto, una "justificación" aparece que lo exime de toda sospecha. A veces es por el ruido que hay en los bares (donde, cuando contesta en qué trabaja, dice "murders and executions" pero todos piensan que dijo "mergers and acquisitions"), a veces por la superficialidad de sus conocidos (que al verlo arrastrando un bulto enorme en una maleta se asombran y preguntan "¿Dónde conseguiste esa maletota maravillosa?"), y en otras ocasiones porque incluso la desaparición de personas es vista como algo típico, dada la propensión de la gente a hacer largos viajes y mudarse a otros países.

Por otro lado, quienes soportan la teoría de que todo era producto de sus fantasías dicen que algunas de las escenas de asesinato son claramente inverosímiles, que es imposible que tanta muerte le pase desapercibida a la policía, que al ser descrito todo en primera persona es muy fácil que se nos presente sólo lo que el narrador creyó o quiso vivir, hacer o ver. Y en efecto, en más de una escena se muestra a Bateman como un perdedor, un ser opacado por su hermano, quien es un hippie libre de toda atadura, un hombre que tiembla como una hoja y dice cualquier tontería cuando se encuentra a una antigua novia de la prepa, que en aquellos tiempos lo dejó por obsesivo y difícil. En el libro se deja entrever que el padre de Bateman es millonario, que es el dueño de la empresa donde él trabaja, y que la madre es un ser ausente. Todo esto, junto con un par de evidencias que misteriosamente el resto del mundo no es capaz de ver o reconocer, parecen apuntar hacia un caso tipo Sexto Sentido, donde la sorpresa consiste en no habernos dado cuenta de que todo lo narrado podía ser la simple fantasía.

En cualquier caso, American Psycho es la disección de una mente desordenada, producto colateral de una sociedad a la que no le importan los individuos sino los resultados, víctima de una época en la que el mundo descubrió lo superficial, lo inútil, lo cursi y fosforescente. Intencionalmente es ambiguo el desenlace, cosa que parece decirnos "lo importante no es si lo hizo o no, es algo más, piensa". En cuanto al diseño del personaje central, me parece que el trasfondo psicológico de Bateman está muy bien armado y que soportaría el escrutinio de un profesional de la mente. Es asombroso también cómo Ellis, el autor, pudo sumergirse en el mundo de un desquiciado durante el tiempo necesario para escribir el libro, para intentar reproducir los intereses de alguien por completo demente. Es una obra maestra que probablemente sea difícil de apreciar dada la cantidad de violencia y lo explícito de las descripciones, una novela que pone a prueba tu vocación de lector y la fortaleza de tu mente.

domingo, octubre 05, 2008

Historia de un bebito que no fue

Antes de empezar, quiero aclarar que la intención de este post no es arrancar lágrimas, despertar lástima ni quejarse ante el infortunio. Es la historia de un bebito que no nació, que quizás ni siquiera existió, pero que fue muy deseado y llorado cuando ocurrió el triste desenlace. Es un recuento de lo que sentí, intentando reconstruirlo a partir de los pocos recuerdos que no he bloqueado de este evento que ocurrió hace ya dos meses. Hace rato casualmente cayó en mis manos un post antiquísimo sobre lo que sentí cuando habían pasado apenas dos meses del embarazo anterior, y me pareció que era justo también recordar a esta personita que pudo haber sido parte de una familia que la habría querido muchísimo. Quizás de paso algunos demonios queden exorcizados, además.

Tengo una esposa y un hijo de tres años. Somos una familia feliz, gracias a muchas cosas que nos unen y aún a pesar de algunas que nos separan. Hace ya más de un año, después de una larga racha de infelicidad matrimonial, tomé la sorprendente decisión de salirme de mi casa y dejar a esposa e hijo, y cuatro meses y medio después decidí que nada era más importante que ellos dos y regresé. Durante mi ausencia hice muchas cosas de las que me arrepiento, otras de las que siempre me acordaré, y algunas que simplemente llenan mi libro personal de Cosas que me Ocurrieron.
Como un efecto colateral de este tiempo de ausencia, la llegada de un posible hermanito para Mateo se retrasó. Si en nuestra mente planeábamos tener sólo dos hijos que se llevaran una distancia aproximada de dos años y medio, estos planes se vieron truncados y pospuestos hasta nuevo aviso, puesto que obviamente no íbamos a cometer la absurdez de "encargar" más descendencia si todavía estábamos lamiéndonos las heridas. Y por lo tanto, pasó un poco de tiempo, Mateo cumplió dos años, pasaron más meses, los daños empezaron a parecer reparados del todo, pasó un poco más de tiempo aún, y por fin decidimos que era tiempo de ser valientes y buscar embarazarnos.

Es así, hay que ser valiente para intentar embarazarse, sobre todo en estos tiempos de sobreinformación. Nunca es el momento ideal, siempre en tu mente aparece algún pequeño duendecillo que levanta la mano dubitativamente, diciendo "...y sin embargo..."
Y sin embargo la gente se embaraza, a pesar de impedimentos, planes no hechos, impreparación, diferencias de opinión, etc. Pero para nosotros fue una decisión enormemente trascendente, porque la separación marcó de forma dramática la relación, que hasta entonces había sido como de cuento de hadas, al menos en apariencia. Además, nos esforzamos por desearlo con todas nuestras fuerzas, y hacerlo porque queríamos tener y recibir esa responsabilidad nueva, no porque quisiéramos darle un hermanito a Mateo o porque dos hijos es lo que ambos teníamos en mente desde la infancia.

De modo que lo decidimos, lo intentamos, y pegó. La sesión que condujo a la concepción fue un hermoso evento similar al que nos llevó a la creación de Mateo, y hasta fotos nos tomamos. Fotos que por cierto subí a internet un par de semanas después sin saber que retrataban en pleno inicio de la gestación.

Nos enteramos del embarazo tres semanas después, y nos pusimos felices. Por un lado no podíamos creer en la suerte que teníamos por haberlo logrado al primer intento, y por otro lado sabíamos que así iba a ser. Otra vez nos sentimos tocados por la Fortuna y rodeados por ese halo de invulnerabilidad que nos había seguido durante el primer embarazo, en el que todo salió a pedir de boca. Le platicamos a toda la familia inmediata, hicimos continuas mini-celebraciones y, por supuesto, también planes cortos, medianos y largos.

Por ejemplo, hicimos un pequeño evento para platicarle a Mateo: lo llevamos a comer a un lugar rico, luego a pasear en el parque, y ahí ambos le dijimos que tendría un hermanito. Cuando le platicamos que su mamá llevaba un bebito en la panza, inmediatamente dijo, con infinita y temerosa amabilidad: "¿Me dejas verlo?" De modo que se puso contento, dijo que prefería una hermanita, y dejó de prestar atención al asunto. Sin embargo, creo que por primera vez empezó a albergar la ilusión de tener hermanos.

Durante dos semanas la vida transcurrió igual que siempre pero con un especial brillo, y siempre sintiendo que se aproximaban tiempos mejores en todos los sentidos. Empezamos a planear pequeños detalles, a desempolvar objetos que se usaron cuando Mateo era un bebé minúsculo, y sobre todo a buscar nombres. Este, creo, fue el proceso que más energía nos tomó durante esos días, y el que más me dolió que quedara trunco cuando todo terminó.

Para encontrar el nombre de Mateo nos tomamos cientos de horas barajando nombres que nos gustaban, riéndonos con los que eran graciosos o desconocidos, preguntándonos qué razones nos llevarían a elegir el nombre final. Pronto Mateo se perfiló como finalista, luego como elección oficial por si resultaba ser niño, y extrañamente nunca encontramos el nombre definitivo para el caso de ser niña. Cuando conocimos el sexo del bebé empezamos a utilizar su nombre todo el tiempo, tanto directamente al hablar con la panza como al referirnos a él.

En el caso de este nuevo bebé, dejamos que nuevamente la inspiración llegara sola, intentamos no reutilizar nombres de aquella primer época, y en esta ocasión fue mucho más sencillo encontrar nombres de niña. Soy de lo menos supersticioso que se puede ser pero quiero creer que fue porque el bebito que venía en camino era una niñita.

Quedaron nombres muy bonitos en la ronda final: Leonor, Tiaré, Naomi. Creo que ya habíamos decidido por este último como nombre definitivo, y aunque quedaba aún el pendiente de elegir el de niño, estábamos felices y satisfechos.

Sin embargo, un desafortunado día me llamó Andrea para decirme que había tenido unos pequeños sangrados, que había llamado al doctor y que le había dado cita para ese mismo día. La revisión arrojó un resultado de 50%-50% de que todo estuviera bien, cosa que nos puso sumamente tristes porque no estábamos preparados para una noticia así, y mucho menos considerando que el anterior embarazo había sido como de libro. Dos días después Andrea se estaba muriendo por los dolores y tuvo que correr de emergencia al hospital, donde el doctor nos notificó la fatídica noticia: las cosas no estaban nada bien y tenía que realizar un legrado. Para colmo, yo estaba en una junta muy lejos y pasé dos horas infernales debajo del tráfico desesperante de la Ciudad de México. Al llegar, ambos estábamos muy alterados y mucho más yo al ver que desaparecía tras unas puertas de hospital, subida en una camilla. El shock de ver interrumpidos nuestros sueños quedó en segundo plano ante la amenaza de que algo mucho más grave sucediera.

La operación salió perfectamente bien. El ginecólogo insistió en que nos hiciéramos varios exámenes en donde la conclusión fue que quizás nunca hubo implantación o siquiera huevo; que no había explicación definitiva pero que al mismo tiempo era buena noticia. Esto era secundario, porque lo más importante en ese momento era el luto: sentíamos como que se había muerto una pequeña parte del alma. Para Andrea fue mucho más duro, por supuesto, y llegó a decirme que no quería nunca más tener hijos, aunque aceptó que le dijera que esto era probablemente algo que quizás después dejaría de pensar.

Ya pasaron dos meses, y todo está superado al menos al punto en el que hemos vuelto a hacer planes de embarazarnos. La vida siguió, afortunadamente, y en muchos momentos fue Mateo quien nos sacó del arrobamiento y la tristeza, con su sonrisa hermosa, con su amor por la vida, con su sola existencia. Tener que seguir atendiéndolo día a día nos hizo entender, sin palabras, que podíamos superar lo ocurrido y que sería igualmente bueno tenerlo sólo a él o tener otro hijo más en algún momento.

Mateo ha tenido como secuela que le cuesta mucho trabajo dormir solo, cuando nunca tuvo problemas antes; también ha empezado a incluir en sus juegos una variante, y con su abuela, con su nana y básicamente con quien se deje juega a que son sus hermanos. Queremos creer que esto se hará realidad en poco tiempo.

Una última nota: decidimos no intentar utilizar de nuevo el nombre de Naomi ni ninguno de los que consideramos para ese bebito, a quien quisimos e hicimos parte de la familia durante mes y medio.

jueves, octubre 02, 2008

Abusando del micrófono

Hoy en el camino de regreso a casa tuve el infortunio de aterrizar en la estación Radio Ibero 90.9. Peor aún, me soplé unos 40 minutos de contenido supongo porque, además de masoquista, tenía yo ganas de tener una micro-venganza contra semejantes cretinos de la locución. He aquí esta pequeña e intrascendente réplica.
El programa en cuestión se llama "Noveno círculo" y ahora me entero de que pasa todos los miércoles a las 9:00 de la noche, conducido por Gilberto Prado Galán y Gabriela Warkentin. Noto con asombro en la página de Ibero 90.9 que Warkentin es la directora de la estación, y de pronto esto arroja luz sobre por qué los locutores son tan malos y patanes. Creo que la palabra "patán" es rara aplicada al contexto de un locutor de radio, pero me explico con el ejemplo de lo que escuché hoy:

El tema central del programa eran los 40 años del 2 de octubre. Está claro que tanto Gilberto como Gabriela saben muchísimo y que poseen una cultura que, además de amplia, abarca temas tan variados como política, música contemporánea en inglés, poesía, literatura, arte, baladistas de los 60s, y probablemente hasta sepan cuál es la capital de Zamibia. De hecho, creo que con escuchar a cualquiera de ellos durante tres minutos te convencería de lo anterior. Lo malo es que ellos no lo saben, y por eso realizan esfuerzos hercúleos para demostrarlo durante toda la duración del programa, y por si esto fuera poco llevan un pequeño concurso particular sobre quién puede recitar más alto poemas de Sabines, cuál de los dos conoce más palabritas domingueras y quién interrumpe más a sus invitados. Es por eso que la palabra "hercúleo" que escribí en la frase anterior queda como anillo al dedo: durante el programa, se dedicaron a hacerle preguntas a su invitada, cuyo nombre es Julia Palacios y que a su vez tiene un programa sobre rock clásico en la estación, y no le dejaban articular más de dos o tres frases sin encimarse en su voz para decir "¡ah, claro! ¿cómo olvidarlo, aquel octubre premonitorio de oscuros eventos, o debería decir eventualidades? ¡cuántas ilusiones rotas y sueños abruptamente interrumpidos! Han pasado ya 40 octubres desde entonces y..." etc, etc. Fue como ir a una reunión donde Silvia Pinal y Carmen Salinas lucharan por la atención de todos, ambas hablando al mismo tiempo mientras intentaban aparentar desinterés.

Para mi desgracia, lo peor fue que sí me interesaba lo que tenía que decir esta señora Palacios. Por ejemplo, recordaba que en esas épocas en realidad el rock no era bien visto ni por los jóvenes manifestantes, y que el artista del año fue nada menos que Raphael. Y justo cuando la señora quería sacar alguna conclusión de este fenómeno, los dos pseudo-conductores se estorbaban mutuamente y decían algo del estilo de "¡Raphael! ¡Raphaelo! ¡El gran Divo de Linares! ¡Cómo olvidar aquélla de 'Yo sigo siendo aquél...'" y al mismo tiempo, otra voz cantando una estrofa: "Digan lo que digan, hagan lo que hagan..." hasta que consiguieron callar por completo a la invitada, que -ahora entiendo por qué- extrañamente no parecía indignada por la situación. Y así estuvo la tónica del programa, mientras yo maldecía al CD player de mi coche por haberse descompuesto y a Reactor por tener también al insoportable de Sopitas en la conducción.

Qué coraje me da, porque hace menos de dos años la estación era una maravilla donde podías escuchar música cuya selección no dependía de ningún factor comercial o de popularidad con el público, sino que algún tirano benévolo simplemente programaba sus preferencias personales, consiguiendo el paradójico efecto de hacer una transmisión interesantísima. Pero de un tiempo para acá he sido testigo del secuestro de la ahora popular estación a manos de una serie de busca-famas y personajes pagados de sí mismos que sólo hacen ver a la Ibero, la universidad, como una escuela de altivos y ególatras. Es común que los locutores abran sus micrófonos a media canción y se pongan a cantar/gritar a coro, o que hagan falsos comentarios condescendientes sobre grupos famosos, o que se la pasen hablando en un dialecto español-inglés lleno de palabras como mainstream, hype, know-how, exposure o incluso management. Es una pena porque han abusado de su posición, del estrado en el que la fortuna los ha puesto, y reducen con ello las posibilidades de escuchar buena radio en México, que por lo pronto queda reducida a una sola estación, en FM al menos.

Me da más coraje aún haber perdido miserablemente esos minutos de existencia, esforzarme por distinguir lo interesante enmedio de ese caos, desesperarme más de una vez y finalmente cambiar de estación sin haberme enterado de nada. Creo adivinar, sin embargo, que es distinta la razón que motivó la existencia de tan largo post y este frustrado olorcillo a "yo lo haría mejor"...

martes, septiembre 09, 2008

Notas sobre problemas con Weblogic y Hibernate

Para un proyecto en el que estoy, necesitamos instalar un módulo programado con Hibernate 3 en un servidor Weblogic 7 (¡en pleno 2008!). Afortunadamente el Weblogic utiliza JDK 1.4.1, con el que aparentemente es compatible todavía Hibernate. Sin embargo, al hacer deploy, me arroja un error:

ClassNotFoundException: org.hibernate.hql.ast.HqlToken

El error se debe a que Hibernate 3 utiliza una versión más nueva de ANTLR.jar (es un generador de parsers) que la que tiene Weblogic en su CLASSPATH, y la clase HqlToken no existía en esa versión.

Encontré en este sitio una solución aparentemente infalible, vía una modificación en el archivo weblogic.xml

<weblogic-web-app>
....
<container-descriptor>
<prefer-web-inf-classes>true</prefer-web-inf-classes>
</container-descriptor>
....
</weblogic-web-app>


Sin embargo, esta directiva existe sólo a partir de Weblogic 8.1 (Documentación para Weblogic 7). Bu. La sugerencia que dan en la página de Hibernate no es muy operante y sólo funciona a partir de la versión 9.2 de Weblogic, además. Finalmente, la solución, mucho más simple, fue extraer el archivo antlr.jar del .war al que quería hacer deploy, copiarlo en una ruta fija y modificar el CLASSPATH especificado en el archivo de inicio de weblogic:

CLASSPATH=/apps/portal7/bea/user_projects/myDomain/siscalLib/ExcelLoader.jar:/prod/portal7/bea/jdk131_06/lib/classes12_817.zip:/prod/portal7/bea/j2sdk1.4.1_03/lib/tools.jar:/prod/portal7/bea/weblogic700/server:/prod/portal7/bea/weblogic700/server/lib/weblogic_sp.jar:/prod/portal7/bea/weblogic700/server/lib/weblogic.jar:/prod/portal7/bea/jdk131_06/lib/xerces.jar

Esta modificación debe hacerse en el archivo startMyDomain.sh, en la sección donde se especifica el PRECLASSPATH.

¡Suerte!

jueves, septiembre 04, 2008

Curiosidades varias

Me encantaron estos productos que descubrí en Boing Boing.

Este, un contacto eléctrico con una pequeñísima modificación, es genial:
http://www.oboiler.com/plugs/cleat.html

-- o --
Hay cientos de radios/minicomponentes/bocinas especiales para el iPod, pero ninguno como este:
http://www.jr.com/atech-icarta-bathroom-ipod-dock/pe/AFL_ICARTA_hy_BS/

-- o --
Este otro producto sí va en serio: un brazo biónico, desarrollado por el mismo que inventó el Segway (ese cochecito de dos ruedas que han visto en los centros comerciales). Vale la pena ver el video completo, por lo asombroso del producto y por las implicaciones: tengo la impresión de que Dean Kamen en un par de ocasiones está a punto de llorar de la emoción. "Dean... Chuck no se ha alimentado por sí mismo en 13 años..."
Liga hacia página de Microsiervos con más detalles, en español.


-- o --
Y por último, un reloj analógico no-tan-fácil de leer:
http://www.dcigift.com/product.cfm?catID=1;14&productID=833
Me encantaron el 1, el 7, el 10. El 9 está redondeado, supongo...

miércoles, septiembre 03, 2008

La más lista

Venía por la calle, y leí de prisa el anuncio de una revista que en la portada mostraba a una modelo guapa acompañada del título "La más lista de las HOT". ¿Qué?, me dijo mi mente. Una serie interesante de posibilidades empezaron a desarrollarse en mi cabeza, cuando me dí cuenta de que en realidad el título era "La lista de las más HOT". Bu. Habría sido una excelente idea, ¿no? "En el puesto número cinco encontramos a Lupita Juárez, quien es guapa, sí, pero además es gerente de investigación de la firma Smith & Smith, y en sus tiempos libres escribe reseñas de libros para The New Yorker..."

Esta lista, creo, me resultaría mucho más emocionante que la que seguramente adornará las páginas de la revista en cuestión, con fotos y fotos de señoritas de sociedad o actrices que muy poco o nada tienen que ver con el mundo real. Al menos mi mundo real.

PD. Ya existen en internet enumeraciones como la que imaginé:

domingo, agosto 31, 2008

Los mexicanos somos extraños

Los mexicanos somos extraños. Me imagino que esto lo han de decir también todos los habitantes de un país sobre sus paisanos, pero realmente somos raros los mexicanos, caray. Las Olimpiadas terminaron hace dos semanas y durante ese tiempo no dejaron de llover críticas a los atletas, a los dirigentes, a nuestra mentalidad perdedora, y hasta a los españoles por conquistarnos. Nos sentimos miserables cada vez que un mexicano llegaba en el lugar 75 de 78, y sin embargo los únicos deportes que nos transmitían por la tele eran los que tenían mexicanos en ellos, con o sin posibilidades de lo que fuera, y algunos otros eventos que de tan importantes era imposible no transmitir.
Yo creo que tal frustración era tan grande porque todos los días ocurría una, tres, cinco, o hasta diez veces: por la noche -en nuestro horario- en caminata, más tardecito en tiro con arco, mientras dormíamos continuaban los fracasos en levantamiento de pesas, canotaje y remo, y ya tempranito nos levantábamos para confirmar que todos los mexicanos habían sido eliminados ignominiosamente. O peor, como el caso de una paisana que a pesar de ganar en su heat eliminatorio en natación, el tiempo no le alcanzó ni para quedar entre las 16 mejores.

De modo que mi teoría es que la repetición de ver a nuestras "esperanzas" quejarse por haber comido mal el día anterior, decir que un vigésimo quinto lugar no era nada malo dado que eran apenas "sus primeras Olimpiadas", argumentar que le "habían agarrado los pies" o de plano decir que nunca se prometió un buen papel, crisparon nuestros nervios como sólo ocurre cada cuatro años.

Y sin embargo, estos fracasos ocurren todo el tiempo, pero aislados, escondidos en la sección inferior de la página 26 de la sección deportiva: "la atleta mexicana Lucero Luz quedó en el lugar 196 de 200 competidoras en el Triatlón Anual de Sydney. Lucero declaró estar muy contenta por haber terminado la prueba dado que las demás competidoras son superhumanas." Y como, claro, el lector ocasional ya está agotado después de haber recorrido hojas y hojas de información sobre las declaraciones del técnico del Atlas acerca de las declaraciones del aguador derecho del América sobre lo que la semana pasada declaró Eriksson, se dice a sí mismo "mi única duda es: ¿esta Lucero Luz qué tal estará? No viene foto... Mmhhh... ¡Ah, por poco olvido leer las declaraciones del nuevo prospecto salvadoreño del San Luis!" y procede a distraerse con más y más futbol.

Así que si durante cuatro años no nos interesa qué ocurre con nuestras clavadistas y taekowndoístas, que son bastante prominentes, mucho menos le prestamos atención a las de 400m, natación, salto de altura, judo, ping-pong, etc. ¿Alguien sabe si México tiene algún buen lanzador de disco? ¿Habrá en el país una excelente waterpolista? Nadie lo sabe.

Entonces como que no hay mucho espacio para la queja, ¿no creen? Obtenemos lo que pedimos. Al menos ahora sí hay compatriotas haciendo buenos papeles en el fútbol internacional, tanto jugando como dirigiendo, y supongo que eso significa un avance con respecto a hace 10, 20, 30 años. Pero de la Conade aún no se escucha nada bueno o interesante. Quizás si nos quitáramos los tapones de los oídos...

Sí, en definitiva somos extraños. Hoy corrí en los 10km de Nike, y diez, quince veces durante el trayecto los participantes estuvieron gritando "México, México, México". Creo que no nos escuchaban en los demás países participantes, pero sí se sentía bonito. Y ahora, en una noticia absurdamente no relacionada, me vengo enterando en un blog extranjero que se hizo un espectacular descubrimiento en Yucatán: una ciudad subterránea, encontrada por investigadores que bucearon hasta encontrar unas cámaras secas, donde hallaron huesos humanos y las ruinas de 11 templos. Parece que se trata de la mítica ciudad de Xibalba, "lugar del miedo", mencionada en el Popol Vuh. Este descubrimiento tan importante seguro no habría pasado desapercibido en periódicos, noticieros, reportajes en el país. ¿Y alguien me puede decir si había escuchado algo sobre este evento importantísimo? ¿Por qué tendremos que venir a enterarnos en medios extranjeros de estos temas? ¿Pasa lo mismo que con el fut y los deportes olímpicos?

En fin. Aquí les dejo links a la página de Reuters donde se informa del descubrimiento hecho por arqueólogos mexicanos (incluye un par de fotos), y el artículo en Wikipedia sobre Xibalba.

Se fue Randy Pausch


Tanto tiempo pasó, tanta fue la cobertura de los medios, tan vívida seguía siendo su imagen en los videos, que hasta parecía que el desenlace fatal no ocurriría, que alguna cura mágica sería descubierta, que en realidad no era de seis meses la condena sino de seis años. Y sin embargo, ocurrió: Randy Pausch finalmente falleció.

Para quien no sepa quién era Pausch, aquí hay una breve explicación. En resumen, era un importante profesor en Carnegie Mellon, famoso dentro de los círculos académicos, de la inteligencia artificial y de la realidad virtual. Sin embargo, su salto a la fama mundial vino cuando presentó lo que en Carnegie Mellon llaman "Last Lecture", una conferencia en la que profesores de la universidad presentan lo que dirían si estuvieran cerca de morir. Dos diferencias grandes tenía Randy Pausch: que él en realidad estaba muriendo de cáncer pancreático, y que decidió darle un giro alegre, divertido y optimista a su plática.

El tema central fue "cómo hacer realidad tus sueños", y durante su exposición recorrió su vida, su familia, las dificultades que enfrentó, sus ideas sobre tomar la vida por los cuernos y obligarla a ser divertida, y las razones que tuvo para planear de ese modo su Last Lecture. En el camino, y de modo muy convincente, habló de su desencanto por las pertenencias físicas, de divertirse y dejar divertir, de perseguir los sueños de la infancia pero también entender cuándo dejarlos ir, de utilizar los obstáculos como una forma de saber qué tanto deseamos una cosa, y muchas lecciones prácticas utilizándose a sí mismo de modelo. Habló con gran desenfado acerca de su vida y sus logros: se burló de que cuando por fin consiguió su Ph.D. su madre le decía a sus conocidos: "mi hijo es doctor, pero no de los que ayudan a la gente". Al inicio de la plática, avisó que no trataría temas religiosos, dado que él nunca había sido creyente, pero que a nivel personal sí había experimentado una conversión ante el lecho de muerte. Ante el silencio del auditorio, aclaró: "¡Es que me compré una Macintosh!", y todavía agregó, mientras la gente reía, "(con este comentario me garantizo la simpatía del 5% del público)". Incluso aprovechó para presumir de su buen estado físico haciendo ejercicios sencillos enfrente de la audiencia.

El éxito de The Last Lecture fue tal que terminó convirtiéndose en un libro, incluyendo los videos e imágenes que había utilizado durante la conferencia. Siguió informando de sus avances en su sitio personal, donde contó cómo aún más sueños de la infancia se le habían realizado: recibir pases de uno de sus jugadores favoritos de la NFL, cantar con Sting en un concierto, aparecer en una película de Star Trek, y dar muchas entrevistas y mini-réplicas de su conferencia inicial.

El pasado 25 de julio falleció, después de una súbita desmejora de su estado de salud y descubrir que el cáncer había invadido ya órganos vitales. Dejó a su esposa Jai, y tres hijos, de 6, 4 y 2 años: Dylan, Logan y Chloe.

Randy Pausch siempre tomó muy en serio la labor de enfrentar a los últimos meses de la vida. Decía que tuvo que decidir entre hacerse una bolita y llorar, y levantarse y hacer algo al respecto. Su mayor preocupación era su familia, así que consultó con psicólogos para decidir cuándo le daría la noticia de su próxima muerte a sus hijos, y pidió a todos sus familiares y amigos que respetaran esa decisión. Se entrevistó con un número de personas que habían perdido a alguno de sus padres de pequeños para preguntarles qué les habría gustado que les dijeran. Y sobre todo, siempre afirmó que su Last Lecture era un "mensaje en la botella", y que la verdad era que estaba dirigido solamente a tres personitas. Cuando decía esto era el único momento en que se podía notar que perdía la compostura y estaba cerca de desmoronarse.

De Randy Pausch se quedan en mí muchas frases sabias, muchas ideas interesantes, pero sobre todo la muestra de una postura de vida congruente, valiente, siempre práctica aún a la orilla de la tragedia, y brutalmente íntegra. Fue honesto en su presentación del caso de un hombre desahuciado pero decidido a no causar compasión: "Cuando haya un elefante en el cuarto, por lo menos preséntalo", decía al inicio de su conferencia mientras mostraba las radiografías de su cáncer. Me gustó su respuesta en una entrevista, cuando le preguntaron si habría dicho las mismas cosas de no haber estado cerca de la muerte: "No, no me habría atrevido a decir nada de esto, no habría tenido la autoridad moral. Y sin embargo no habría pensado que eran menos ciertas las cosas que dije". Me pareció enormemente congruente, puesto que es absurdo vivir como si te quedaran tres meses de vida, y sin embargo es una pena que sólo la indudable cercanía de la muerte le conceda a un hombre la posición moral para ser escuchado con otros oídos y otra disposición.

Descanse en paz Randy Pausch. El mensaje que dejó a sus tres hijos ha hecho eco en millones de personas, y aunque eso no es lo que importa en realidad, sí sirve de consuelo y aprendizaje.

Referencias: